Tolbaños de Arriba, en la Sierra de la Demanda, recrea mañana esta ‘costumbre’
Tolbaños de Arriba recreará mañana, un año más, cómo era la vida cuando muchos de sus habitantes se dedicaban a la cría de las ovejas y viajaban hasta tierras extremeñas para pasar allí el invierno, lejos del frío, las heladas y las nevadas de La Demanda.
Esta Fiesta de la Trashumancia sirve para rendir un homenaje a todos los pastores y reflejará cómo era la jornada en la que partían desde Tolbaños hasta Extremadura. Comenzará con una reunión de los pastores y sus mujeres en la Asociación La Piña a las 10, donde se repartirán los productos que ellos solían degustar ese día, como son migas, torreznos, rosquillas y orujo.
Con el cuerpo ya entonado, la comitiva se dirigirá a la ermita del Salterio, donde se cantará una Salve. Después se procederá a la recogida del ganado y se entrará con él en el pueblo, donde se entregará a los ganaderos su correspondiente guía para poder realizar la trashumancia. Realizarán un recorrido por el pueblo, donde, como explica Teófilo Serrano, organizador, habrá diferentes talleres sobre la lana, además de poder ver a mujeres lavando en los lavaderos tal y como se hacía antaño. Luego irán dirección Tolbaños de Abajo, hasta el camino por el que se iban a Extremadura. Allí, en un chozo como el que utilizaban en las majadas, los ganaderos se despedirán de su familia mientras escuchan el cántico ‘Ya se van los pastores…’. Una vez recreada esta despedida, habrá una comida de sopa de ajo y de frite pastoril, tras la cual Sonia Martel, gerente de Bosque Modelo Urbión, ofrecerá una charla. Serrano recuerda cómo Tolbaños ha sido durante muchos años un pueblo con decenas de trashumantes: «El último ganadero que bajó a Extremadura fue de aquí, y lo hizo hace 3 años. En alguna ocasión, han llegado a partir desde Tolbaños más de 10.000 cabezas hacia tierras extremeñas», comenta Serrano, que destaca el papel de la mujer. «Pasaba diez meses y medio al año sola y se tenía que encargar de educar a los hijos, hacer la matanza, preparar las tierras y hacer ropa tanto para el marido como para sus descendientes; era un trabajo muy esclavo».
Fuente: Diario de Burgos
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