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05 junio 2016

Pineda recupera la normalidad tras el arreglo de la BU-820


Los trabajos, encargados por la Junta, se han reducido de los dos meses previstos a tres semanas «Es vital contar con buenas comunicaciones»

El alcalde de Pineda de la Sierra, Santiago Rojo, confesaba ayer su agradecimiento por la rapidez con la que se han llevado a cabo los trabajos de reparación del tramo de la BU-820, que el pasado mes de abril se desplomó provocando con ello su corte al tráfico.

El edil confesaba su temor inicial al comenzar la obra a mediados de abril, tras la previsión de la Junta de que duraran cerca de dos meses. Sobre todo por la dificultad a la hora de llegar a los pueblos de la comarca «que supondría para los numerosos familiares que cada verano se vienen en fechas estivales, así como de los muchos turistas que con el buen tiempo recibe nuestro entorno natural, por lo que agradezco tanto a la Junta como a la empresa la diligencia en la realización», afirmó el edil.

A pesar de todo, advirtió que no dejará de insistir para que el Gobierno regional concluya las obras realizadas en el extremo de dicha carretera hace unos años, «y que sin embargo quedaron sin rematar a apenas 800 metros antes de entrar en Pineda de la Sierra», detalló. «Así como apenas otros 5 kilómetros hacia Pradoluengo». Argumenta que estas intervenciones, si bien son de no mucho coste y poca duración, «suponen un problema para los que vivimos aquí, pues impiden que lleguen con normalidad servicios básicos de correos o autobuses», se lamentó. «Por ello, seguiremos insistiendo», reiteró.

El Gobierno regional procedió a la apertura al tráfico, a última hora de la tarde del pasado viernes, de la carretera autonómica BU-820 que une Ibeas de Juarros a Pineda de la Sierra. Vía que ha permanecido cortada .en concreto desde el punto kilométrico 19,8 hasta la localidad de Pineda-, para reparar los graves daños sufridos en ese tramo tras el derrumbe consecuencia de las copiosas lluvias registradas este año.

Trabajos contratados por trámite de urgencia por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta -que han supuesto un coste de unos 285.000 euros-, y que se han centrado en la excavación de la carretera y del terraplén que sustentaba ésta -unos 3.000 metros cúbicos-, hasta encontrar roca firme sobre la que pudo colocarse una escollera de piedras. Éstas sirven hoy de apoyo para el material que constituye la base de la carretera.

Ahora, y consciente de la importancia de contar con buenas comunicaciones para mantener la vida en el mundo rural, Rojo explica que se centrarán en ‘el empujón’ que quieren darle a la estación de Valle del Sol desde el Consistorio. Comenta que, de hecho, ya han enviado a la Junta una solicitud para que estudie darles una concesión provisional al Ayuntamiento de dos años, con el fin de proceder a su reactivación, «y recuperarla como lo que ya fue, un lugar de disfrute familiar no sólo en invierno sino durante todo el año».

Por ello, y mientras llega la respuesta regional «que esperamos llegue antes de julio», han comenzado a recabar información respecto a las condiciones en que está el lugar, así como los arreglos básicos que llevar a cabo. «Sobre todo el del arrastre derecho, que es el que llega hasta la parte alta, así como el desbroce de la pista, entre otras primeras labores».

Pero sobre todo, informarse de las diferentes líneas de ayudas públicas a las que pueden optar, pasos previos a los que se suman ya los contactos que han establecido con el grupo de acción local Agalsa. Y es que aunque Rojo cifra esas primeras mejoras en torno a unos 200.000 euros, «es una cantidad de dinero que un ayuntamiento como el nuestro, con apenas 100 habitantes y un presupuesto anual que este año hemos aprobado en 171.000 euros, no puede costear solo», reconoce.

Sí les permite, sin embargo, actuaciones menores que esperan iniciar este mismo mes de junio, como será la adecuación de la planta superior del edificio del propio Ayuntamiento. Supondrá apenas dos meses de obra y 40.000 euros de coste, para lograr que el Ayuntamiento disponga de varios despachos, archivos y una sala de usos múltiples, entre otros espacios, «haciendo que estemos todos menos apretados».


08 mayo 2016

La BU-820 entre Ibeas y Pineda se abrirá al tráfico a finales de mes



Las obras por el desprendimiento del talud podrían alargarse hasta el 18 de junio



El tramo de la carretera BU-820 que comunica Ibeas de Juarros con Pineda de la Sierra se abrirá a la circulación a finales de mayo. Así lo avanzó ayer el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos, Baudilio Fernández-Mardomingo, después de visitar las obras que se están llevando a cabo tras el desprendimiento del talud que sostiene la vía a causa de las precipitaciones registradas el mes pasado.

 Aunque las previsiones iniciales apuntaban a primeros de junio para el remate definitivo de la actuación, el delegado señaló que «es posible que la carretera no se cabe hasta el 18 de junio». Aún con todo, se mostró satisfecho por los trabajos que se están realizando en el terreno y que culminarán con la construcción de una escollera de 11 metros de alto por 75 de largo. «No sabíamos qué nos íbamos a encontrar», admitía Fernández-Mardomingo antes de aseverar que afortunadamente «se ha encontrado rápido la roca madre».

Quizá varíe, aunque no demasiado, el presupuesto, estimado en unos 230.000 euros. «No se desvía mucho de lo que nosotros pensábamos», afirmó a sabiendas de que el estudio elaborado por los técnicos de la Junta se situaba ligeramente por encima de dicha dotación.

Lo que no se plantea el Gobierno regional en estos momentos es acometer obras en el resto de la carretera a pesar de que el alcalde de Pineda, Santiago Rojo, solicitó arreglos en «el comienzo y el final» de la vía para evitar nuevos derrumbes. En definitiva, que el resto del trazado «no caiga en el olvido». En este sentido, Fernández-Mardomingo recordaba la inversión de 650.000 euros hace tres años sobre la BU-820 y la BU-825 «con diferentes tratamientos en función de los tramos». Por lo tanto, «la carretera no necesita una actuación en profundidad», dado su buen estado de conservación en la actualidad.

20 abril 2016

Lección de ciencias naturales en 200 metros

Las dos adolescentes de Pineda, que estudian en Burgos, cruzan a pie desde ayer y hasta final de curso el tramo habilitado para esquivar el derrumbe de la BU-820. En el otro extremo espera el autobús escolar



La rutina de ir al instituto de Marta de la Iglesia y Chantal Saiz, dos chicas de 16 años de Pineda de la Sierra, se ha visto alterada por el desprendimiento del talud que sujetaba un tramo de la carretera BU-820, que va de Ibeas de Juarros hasta Riocavado de la Sierra. Hace dos semanas se produjo el hundimiento de casi 100 metros de tierra a consecuencia de las últimas precipitaciones, entre el punto kilométrico 24,400 y el 24,500, en la cola del embalse de Uzquiza y la presa del Arlanzón.

El lunes la Junta cortó la carretera para comenzar con las obras, que se prevé que se alarguen hasta el 17 de junio. Esta vía une Pineda de la Sierra con la capital, donde Marta y Chantal van al instituto. Hasta su pueblo llega todos los días el autobús escolar pero ahora esta ruta se ha visto interrumpida. Ayer comenzaba para Marta, Chantal y sus padres una nueva rutina. Cada mañana, a las 7 horas, saldrán de Pineda de la Sierra en los coches de sus progenitores y recorrerán esos cerca de diez kilómetros que separan su pueblo del lugar del derrumbe del muro de sostenimiento. Allí, con sus mochilas a la espalda, las dos estudiantes recorrerán andando los 200 metros señalizados, hormigonados y delimitados que las separan del autobús escolar y por donde esquivan el terraplén. Ellas son las primeras estudiantes que recoge la ruta. Estos 200 metros han sido habilitados para que se pueda atravesar a pie este tramo cortado al tráfico y que permanecerá en obras durante 2 meses.

En coche, a pie y en bus, varios medios de transporte para llegar al IES Diego Marín Aguilera, su instituto en Burgos. El día a día de sus padres, Inés Camacho y Pedro Martín de la Iglesia, es el que se verá más alterado porque ellos serán quienes las acerquen hasta el punto del derrumbe. Inés y Pedro reconocen que es una situación novedosa pero nada extraña para ellos, «todos los inviernos, cuando nieva, algún día tenemos que bajar a las chicas hasta la zona donde la carretera está mejor. Nos llama el conductor del autobús, nos dice que no puede pasar y nosotros, como tenemos todoterreno, las llevamos hasta donde nos indica», explican, «acercarlas al bus es algo habitual en esta carretera pero menos mal que no nos ha pillado en invierno», reconocen. A las 15 horas la operación se repite. Marta y Chantal regresan del instituto, el autobús se parará donde la Junta de Castilla y León ha cortado la carretera y el proceso se produce a la inversa, las estudiantes volverán a recorrer estos 200 metros para llegar hasta donde sus padres las esperan.

Inés y Pedro explican que se turnarán dependiendo de cómo les venga mejor a cada uno. Pedro Martín trabaja en el pantano del Arlanzón, por lo que reconoce que no le supone un gran trastorno. En cambio, se preguntan qué pasará con el panadero o el cartero, por ejemplo, que recorrían esa carretera todos los días. Lo que sí está claro es lo que hará el médico, que debe visitar el pueblo dos veces a la semana para pasar consulta. Éste se trasladará desde la capital en su vehículo hasta la zona, aparcará y tras cruzar andando estos 200 metros, lo esperará un coche de la Gerencia de Atención Primaria con el que llegará a Pineda. Al terminar su jornada laboral hará el recorrido a la inversa.

Rutas alternativas

Inés Camacho y Pedro Martín explican que ésta era la vía principal para llegar a la capital con el bus escolar, pasando por Villasur de Herreros, término municipal al que pertenece el pantano, Arlanzón e Ibeas de Juarros. Ahora pueden optar por transitar por una pista forestal, paralela a la vía cortada. El problema es su inclinación y que se necesita un todoterreno para recorrerla. Además, para esquivar el tramo cortado hay que recorrer tres kilómetros de pista forestal, lo que, como los padres apuntan, les lleva cerca de 20 minutos.

La segunda opción es desplazarse hasta Salas de los Infantes. Recorrer la BU-820 hasta Riocavado de la Sierra, llegar a la intersección con la BU-825 a la altura de Barbadillo de Herreros y, desde allí, llegar a la N-234 dirección Burgos, lo que supone alargar el trayecto habitual media hora. Tanto Inés como Pedro coinciden en que la solución adoptada de acercar a sus hijas hasta la zona les parece la mejor, ya que en un primer momento la Junta les ofreció ingresar a las chicas en un internado hasta que se abriese la circulación.

Corte al tráfico

En un primer momento la Junta de Castilla y León, titular de la carretera, no cortó el tráfico pero unos días después del incidente se optó por esta medida al entender que la ejecución de las obras podía suponer un riesgo para los conductores que transiten por el tramo afectado por el derrumbe. El Servicio Territorial de Fomento ha elaborado el proyecto para reparar el talud, que va a suponer un coste que rondará los 230.000 euros.