La Junta de Castilla y León, titular de la vía, ya ha comenzado los trabajos de asentamiento y construcción del nuevo muro de contención, que supondrá una inversión de 230.000 euros
Casi 100 metros del talud que sustenta la carretera BU-820, de Ibeas de Juarros a la intersección con la BU-825 en Barbadillo de Herreros, se han desprendido a consecuencia de las últimas precipitaciones, cayendo hasta las aguas de la cola del pantano de Uzquiza. En concreto, el hundimiento se ha producido entre el punto kilométrico 24,400 y el 24,500, es decir, entre la cola del embalse de Uzquiza y la presa del Arlanzón, a unos cuatro kilómetros del cruce de la carretera de Pradoluengo.
Aunque la circulación en esta carretera de los pantanos que llega a Pineda de la Sierra no se ha cortado desde la pasada semana, cuando se produjo el corrimiento, la colocación de vallas de protección en la zona afectada y una actuación de emergencia en ésta, ha estrechado la vía por la que es necesario transitar con precaución, sobre todo por la noche, así como por el día sobre todo porque no cesa de llover.
El Servicio Territorial de Fomento de la Junta de Castilla y León, administración titular de la carretera, está elaborando el proyecto para reparar el talud, que va a supone un coste en torno a los 230.000 euros. No obstante, dada la envergadura del desprendimiento, ya se ha venido actuando en el asentamiento del mismo y las cunetas, y ayer mismo llegaban las máquinas especiales para iniciar los trabajos en el propio talud, que hay que levantarle nuevo en todo el tramo hundido.
Las obras se prolongarán en torno a un mes y medio, según han calculado los técnicos del Servicio, y consistirán fundamentalmente en meter inicialmente tonelada de piedra para asentar el terraplén y posteriormente culminar el talud. Según explica el delegado territorial, Baudilio Fernández Mardomingo, de inicio no parece que vaya a contarse la carretera, aunque tampoco se descarta tener que tomar ese decisión a medida que se vaya avanzando en los trabajos de reparación. Serán los técnicos de la Junta y los responsables de la empresa que ejecuta las obras quienes decidan la conveniencia o no de cerrar la carretera al tráfico, tanto para poder trabajar como para garantizar la seguridad de los conductores y de los propios trabajadores.
A este respecto, el alcalde de Pineda de la Sierra, Santiago Rojo, mostraba ayer su preocupación porque se pueda cortar la carretera, ya que supondría tener que desviar el trafico por Salas de los Infantes. Rojo afirma que se verían afectados, fundamentalmente, servicios como el transporte escolar o el sanitario (médico y enfermera), y los tiempos de desplazamiento se alargarían en torno a un cuarto de hora.
En todo caso, Rojo entiende que la empresa y la propia Junta deben optar por la mejor solución para poder ejecutar el proyecto cuanto antes y que su incidencia en la población sea la menor posible. De momento, las previsiones meteorológicas, que siguen dando lluvias los próximos días, no son las mejores aliadas para realizar los trabajos.
La Junta de Castilla y León realizó una importante inversión hace tres años en el arreglo de esta carretera BU-820, desde la BU-825 hasta Ibeas de Juarros, que transcurre por los municipios de Riocavado de la Sierra, Pineda de la Sierra y Arlanzón. Se invirtieron 650.000 euros en la mejora de 31,2 kilómetros, fundamentalmente, en tratamientos de capas bituminosas. También se intervino en la BU-825, que une Salas con el límite de La Rioja. En ambos casos, la intervención respondía a las demandas de los habitantes de esta zona de la sierra burgalesa.
Fuente: Diario de Burgos.es
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