Si algo me gusta cuando llegan vacaciones, es pasear por los bosques de Pineda.
Me encanta, ahora en verano, ver como los rayos de sol se filtran entre las ramas de los árboles.
Comprobar como se tiñen de un verde dorado las hojas que se mecen al son del viento.
Contemplar los robles, las hayas, los pinos… unos pegados a otros formando un muro verde.
El suelo tapizado de hojas secas que hacen un manto suave sobre el que es una delicia caminar.
Escuchar los trinos de los pájaros mezclados con el murmullo de los riachuelos, el sonido del viento que parece dialogar con los árboles centenarios.
Me gusta observar las formas caprichosas de los troncos ya huecos.
Me encanta mi tierra, pasear por ella me hace sentir parte suya y me llena de vitalidad y energía.
Espero, que aunque no son excelentes fotos, disfruteis con su vista.
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