01 marzo 2014

Los embalses de los que bebe la capital, a su nivel máximo en 7 años



"Las últimas precipitaciones han llevado a los pantanos de Arlanzón y Úzquiza a almacenar más de 92 hectómetros cúbicos, algo que no ocurría desde principios de mayo de 2003".


Lo de la «pertinaz sequía» no va con los pantanos burgaleses, al menos este año. Ha caído tanta agua y nieve del cielo desde el pasado otoño, y de forma tan regular, que los dos embalses que abastecen de agua potable a la capital burgalesa y a varias localidades de su entorno tienen líquido elemento para dar y tomar.

Úzquiza y Arlanzón suman más de 92 hectómetros cúbicos según datos de esta misma semana procedentes de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). La estadística de la que dispone Aguas de Burgos dice que ese nivel supone el más alto alcanzado por los dos pantanos desde 2003. Concretamente el día 8 de mayo de aquel año se alcanzaron los 95,81 hectómetros cúbicos, muy cerca de la capacidad máxima establecida en los 97 sumando ambos, aunque a ésta nunca se llega por el nivel de reserva en prevención de posibles avenidas. Las grandes nevadas y el deshielo en invierno, o las tormentas en verano, podrían provocar entradas repentinas en los pantanos y generar problemas, así que los gestores de la cuenca alivian los embalses hasta un margen de entre 4 y 6 hectómetros cúbicos como medida de seguridad. Precisamente la semana pasada, coincidiendo con las últimas lluvias fuertes de la primavera, hubo que soltar grandes cantidades de agua hasta que el cielo se cansó de precipitar. A partir de entonces el ritmo de desembalse regresó a su normalidad, que habitualmente se cifra en 2 metros cúbicos (2.000 litros) por segundo, lo suficiente para mantener el caudal ecológico y garantizar el abastecimiento a Burgos y los pueblos del alfoz que beben de los mismos pantanos.

Dentro de unos días, cuando comience la campaña de regadío, habrá que duplicar por dos esa cifra hasta llegar a los 4 metros cúbicos por segundo, pero este año no preocupa, tal y como confirma Javier Cob, Jefe de Abastecimiento de Aguas de Burgos. «Dependiendo de la climatología, lo normal es que en primavera alcancemos siempre las cotas máximas por el deshielo y porque preparamos los embalses para la temporada de los regadíos», apunta Cob. Y en esta ocasión los pantanos están más que listos. Arlanzón se considera repleto, con sus 22 hectómetros cúbicos de capacidad llenos frente a la media de 20 registrada en los últimos 10 años. Úzquiza, por su parte, tiene almacenados 69,9 de sus 75 hectómetros totales, cuando el promedio de la década se había quedado en 59,6.


El Duero, rebosante

El de Arlanzón es, junto con los de Cervera (en Palencia) y Pontón Alto (en Segovia), uno de los tres embalses de toda la cuenca del Duero que a fecha 24 de junio estaban completamente llenos. Pero el panorama en toda la Confederación Hidrográfica es más que bueno de cara a la temporada estival. Todos los pantanos presentan valores por encima de los que registraban el año pasado por estas mismas fechas, y superiores a los de la media de la última década.



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