27 diciembre 2010

Diversión a una hora de Burgos

Familias y jóvenes aprovechan el domingo para disfrutar de la nieve en Pineda de la Sierra • Una mañana fría pero soleada invita a dar un paseo por la Sierra de la Demanda o deslizarse en un trineo por la montaña.


R. Travesi / Burgos



No es Navacerrada ni falta que hace. Menos nieve, sí, pero también menos gente y más tranquilidad. Si no que se lo digan a Ricardo López y a su familia, que ayer acudieron a Pineda de la Sierra a pasar el día y disfrutar de la nieve. Este burgalés reside en Madrid aunque pasa las Navidades con sus padres en la capital. Suele acudir con frecuencia a la sierra madrileña con sus hijos David y Álvaro para bajar por la montaña con sus trineos y, siempre que pueden, se desplazan hasta la Demanda para contemplar el paisaje nevado y estar en contacto con la Naturaleza. Conoce bien la zona porque es ingeniero y participó en la obra de la construcción de la Vía Verde.

Con solo dos añitos y embutido en un traje de esquí, Álvaro baja con celeridad por la montaña de la antigua estación invernal Valle del Sol mientras su madre grita «frena, frena» y trata de inmortalizarlo en una foto. Es la estampa más repetida de un día frío pero soleado. Familias con niños pequeños, pero también hay jóvenes con ganas de pasarlo bien. «El mejor plan de un domingo después de Navidad. Somos de Burgos y siempre por estas fechas venimos a Pineda, que está cerca de la capital», dice César, que viene acompañado de otros seis amigos. Son la gran expectación. Descargan del techo del todo terreno un neumático hinchado de la rueda de un tractor. Todos miran al ‘Donut’ -así lo ha bautizado la cuadrilla- mientras ascienden la colina para después bajar sobre él. Primer viaje, dos jóvenes intrépidos se deslizan por la nieve hasta que llega un pequeño montículo. El resultado, vuelan por los aires y aparecen cubiertos de nieve, además de algún rasguño en la rodilla. «Ponte hielo, si te duele», bromean los amigos. La nieve caída los últimos días amortigua las caídas aunque siempre hay alguna piedra traicionera.

Lo peor de todo son las subidas a pie por la montaña aunque compensa con las bajadas. Las caras de felicidad lo dicen todo.

Cada cual disfruta a su manera de la montaña nevada. Unos, bien equipados, deciden caminar por la nieve y perderse por algún rincón de la Sierra de la Demanda, y otros, los más, aprovechan para dar un paseo y ver a sus hijos con los trineos. El albergue Valle del Sol, a los pies del pico Mencilla, permanece cerrado así que en lugar de café toca moverse para no quedarse frío, en especial a la sombra. Al mediodía, había una veintena de coches en el aparcamiento y otros tantos en la carretera que une la estación con el pueblo de Pineda. Y es que la calzada de la última subida está con nieve y hielo que dificulta el acceso de los coches. Ni rastro de la máquina quitanieve.

Es hora de comer y reponer fuerzas. Antes de marchar toca la foto de rigor y de recuerdo con todo el paisaje de la Demanda nevada. Ni que fuera Navidad. Y todo a una hora en coche de Burgos.


Fuente: El Diario de Burgos

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