El alcalde, Ramiro Ibáñez, reconoce que la presencia de recolectores ilegales este año ha provocado efectos medioambientales negativos, además de alterar la convivencia
La situación vivida este otoño con la presencia de decenas de recolectores ilegales en la zona de Canicosa parece que tendrá consecuencias de cara a la próxima temporada setera. El alcalde, Ramiro Ibáñez manifestó ayer que la localidad se está planteando acotar los montes de titularidad municipal para coger setas, algo en todo caso que tendrá que debatirse con los vecinos que son los que tienen el aprovechamiento comunal de esos espacios. Hasta ahora, reconoce, los vecinos entendían que no había necesidad de regular los bosques, aunque en los dos últimos años se está cambio de opinión y el alcalde cree que casi en un cien por cien son ya partidarios de esa regulación.
Ibáñez es consciente de que la situación este año se ha ido de las manos y ha tenido consecuencias muy negativas en la propia reproducción de las setas al haberse dado un gran presión sobre el micelio (la masa de hifas que constituye el cuerpo vegetativo de un hongo), además de causar perjuicio a los vecinos que han visto mermada su capacidad de explotar este recurso micológicos que para particulares y muchas familias es una fuente importante de ingresos, que alivia la economía del hogar, además de la propia situación de hacinamiento en que han vivido los seteros rumanos.
Por todas estas circunstancias, el alcalde de Canicosa aboga por una mayor regulación del sector para evitar situaciones como la sufridas en la zona en las últimas semanas. Ibáñez entiende que existe una laguna jurídica que impide controlar las técnicas de recolección, el cuidado del medio ambiente y la propia distribución de las setas. «Éstas aparecen a diario en los restaurante, no existe una cadena de custodia que especifique el origen y la trazabilidad de donde vienen esas setas y hongos para evitar incluso intoxicaciones que se producen todos los años». En este sentido, Ramiro Ibáñez también valora el trabajo que se hace en la localidad para dar a conocer este productos durante la celebración de las jornadas micológicas.
El regidor recordó, por otra parte, que la Consejería de Medio Ambiente está elaborado un proyecto al respecto de la regulación, y pide que apruebe y publique «cuanto antes» esa normativa para controlar esa regulación micológica, tanto por lo que respecta al medio ambiente como para tener una convivencia formalizada en ese territorios, afirmó.
Por otra parte, Ibáñez explicó que, mientras tanto, continúa la investigación en torno a la presencia de los recolectores rumanos en la zona. Así, la Guardia Civil, que semanas pasadas abrió expedientes sancionadores a varias decenas de seteros que fueron sorprendidos con las manos en la masa, está investigando la propia estructura organizativa de estos foráneos. Por su parte, el Ayuntamiento de Canicosa ha abierto otro expediente de ilegalidad contra los propietarios de la nave industrial donde se hacinaron durante días alrededor de un centenar de personas de esa nacionalidad.
Los bosques de la sierra burgalesa ofrecen estos días un arcoíris de rojos, amarillos, ocres y verdes dignos de disfrutar. La empresa Demanda Natural organiza desde 2012 rutas a la carta.
Cualquier época del año es buena para visitar uno de los rincones más espectaculares de la provincia de Burgos, la Sierra de la Demanda, pero sin duda, durante el otoño es cuando más magia desprenden sus bosques de pino, roble y haya, ofreciendo un espectáculo cromático que invita a perderse y caminar con sigilo entre ellos, a pisar sus hojas caídas, a escuchar sus arroyos y a colmar la vista mientras se respira uno de los aires más puros. Toda una experiencia en la naturaleza que se completa con arte, con fauna, con micología, con historia y con la rica gastronomía que ofrece esta comarca burgalesa, al sureste de la provincia.
Para que se pueda disfrutar de esta comarca en todo su esplendor durante el otoño, proponemos una serie de itinerarios y de lugares que merece la pena visitar durante esta época, así que fuera la pereza, a preparar la mochila y las zapatillas y a deleitarse de lo que ofrece nuestra Tierra, porque como la mayoría de la belleza, la que ofrece el otoño también es efímera.
Quintanar de la Sierra será el punto de partida para algunas de estas rutas, que nos llevarán hasta Peñas Corvillas, el Empedrado y las lagunas de Neila o las necrópolis de Cuyacabras y su robledal. Para sentir lo que es estar dentro de un bosque de cuento y tener la sensación de que en cualquier momento van a aparecer pequeños duendes, hay que comenzar a caminar desde el puente de la Ponderosa arroyo arriba con dirección al puente de Las Tabladas.
Peñas Corvillas. A dos kilómetros aproximadamente, mientras se asciende y comienzan a aparecer las hayas, se llega hasta Peñas Corvillas, un lugar mágico, donde el agua cae en cascada entre unas grandes piedras, donde el verde y mullido musgo lo cubre todo, y donde las hojas de las enormes hayas acarician el suelo desde sus largas ramas antes de terminar de desnudar los árboles.
Escuchar únicamente el agua correr y observar la variedad de tonos que ofrece la naturaleza en este rincón, desde verdes a rojizos, marrones y amarillos, compensa la llegada hasta él. «El lugar se encuentra así de conservado porque está escondido y no se visita de forma masificada, sino con pequeños grupos», explica María José Santamaría, que desde el año 2012 gestiona junto a Esther Pellitero la empresa Demanda Natural, que ofrece rutas a medida por la Sierra de la Demanda. «Pedimos respeto por el medio ambiente y por los lugares que mostramos. Durante las visitas guiadas también explicamos el por qué esto se conserva así y como ha sido el cuidado tradicional de los bosques en esta zona durante nuestros antepasados», señala esta joven emprendedora, que asegura que la gente ‘alucina’ cuando llega hasta Peñas Corvillas. «Hay quien nos ha dicho que le gustaría desayunar aquí todos los días», señala María José, de Demanda Natural, que también forma parte del programa Brotes, una iniciativa donde el aula es el bosque y donde se enseñan conocimientos forestales a los más pequeños.
El Empedrado. Para contemplar y perderse en parte de la gran masa forestal que tiene esta comarca existe un mirador único, escondido y sorprendente, El Empedrado. Para llegar a él hay que partir del aparcamiento del refugio de las lagunas de Neila, hotel-restaurante cerrado actualmente al público. En su parte trasera comienza una ruta que conduce hasta el destino. Durante el trayecto, de apenas quince minutos y llano, es posible encontrarse distintas variedades de setas, especialmente boletus. El camino está acompañado por pinos adultos, de poca altura debido al suelo empedrado que los acoge pero de sorprendente grosor. Durante la caminata también es posible encontrarse con algunos de los últimos arándanos de la temporada y cuyas hojas están cogiendo un hermoso tono bermejo.
La apertura del bosque tras un bonito trayecto anuncia la llegada a El Empedrado, como se conoce a esta enorme losa de roca en medio del bosque, con grietas y que culmina en un cortado desde el que se divisa la provincia de Soria, la comunidad de La Rioja, el pico Urbión, la Sierra de Neila o la dehesa de Canicosa. Una ventana impresionante al valle del Arlanza, que corta la respiración.
«Cuando venimos con gente les invitamos a tumbarse boca abajo y asomar la cabeza por la roca. La sensación es como de estar volando», explica María José, que recuerda que el encanto de este singular espacio también se debe a lo poco masificado que está. «Para mayor seguridad es mejor contratar una ruta con guías, ya que además de enseñarte el lugar, te explicamos muchas cosas que de otra forma pasarían desapercibidas y que ayudan a entender mucho mejor este entorno». Una vez en El Empedrado, una de las opciones es regresar hasta el refugio por el mismo camino o continuar con una ruta circular que conduce a las lagunas de Neila. “La duración es entre tres o cuatro horas, pero es conveniente hacerlo con alguien que conozca el camino y pueda guiarte, porque sino es fácil perderse», comenta Esther Pellitero, que recuerda que dentro de un tiempo esta zona comenzará a tener entre medio metro y un metro de nieve y que aguantará hasta bien entrada la primavera. Hasta hace unos días, incluso si hay alguno rezagado, en esta zona puede escucharse con claridad la berrea de los ciervos.
También en Quintanar merece la pena acercarse hasta la necrópolis de Cuyacabras, una de las mayores concentraciones de tumbas paleocristianas de Europa y que durante esta época suelen cubrirse con las hojas de los robles centenarios que les rodean. Disfrutando a través de este bello robledal se puede seguir hasta Cueva Andrés para después continuar hasta el yacimiento de La Cerca, Revenga y la Casa de la Madera. Un trayecto con los árboles y sus colores como protagonistas.
Cañón del Río Lobos. La parte burgalesa del Cañón del Río Lobos, en Hontoria del Pinar, es para Esther Pellitero la gran desconocida y la más bonita. Cubierta por pino laricio y vegetación propia de ribera, que torna sus colores a cobrizo durante estos días, esta zona también ofrece la posibilidad de disfrutar de cientos de buitres que la sobrevuelan y que viven en las paredes del cañón.
«Las rocas son muy calizas y albergan muchas grutas y simas. Además, durante esta época, el río comienza a llevar agua, a diferencia del verano, en el que ha estado seco», señala.
También dentro de la parte burgalesa del Cañón merece la pena asomarse al mirador de Costalago, para disfrutar de la extensa dehesa de Hontoria del Pinar, y subir hasta el Pico de Navas, el punto más elevado del parque natural y que ofrece unas impresionantes vistas.
Hayedos y robledales. Algunos de los mejores hayedos de la Sierra de la Demanda se encuentran entre las localidades de Riocavado y Pineda de la Sierra. Una buena manera de poder disfrutar de estos bosques es realizando el tramo de la Vía Verde del Ferrocarril Minero que une ambas localidades.
Poder caminar junto al río Arlanzón, nacido unos metros más arriba, y mirar las laderas para perderse entre la mezcla de rojizos y amarillos que ofrecen los árboles es un buen motivo para decantarse por esta propuesta. También merece la pena adentrarse en los hayedos de Santa Cruz y Fresneda.
Igualmente espectaculares son las dehesas de roble de Huerta de Arriba, Monterrubio de la Demanda, Tolbaños de Abajo o Palacios de la Sierra, esta última con ejemplares de quercus petraea de gran tamaño y con fácil acceso. También merece la pena adentrarse en los sabinares del Arlanza, especialmente bonitos entre Hortigüela y Covarrubias.
Inspección. Agentes de la Guardia Civil investigaron el lugar donde se hacinan los recolectores rumanos. También examinaron las condiciones de salubridad La Comandancia de la Guardia Civil desplegó ayer en Canicosa de la Sierra a los agentes de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial por mandato del juzgado de Salas de los Infantes, que ha ordenado una investigación sobre las condiciones en que viven varias decenas de ciudadanos rumanos que se dedican a la recolección de setas en los bosques de la comarca. Los efectivos de la Benemérita acudieron por la mañana hasta viejo secadero de madera en el que habitan estas personas para examinar si el lugar reúne los requisitos de salubridad y seguridad preceptivos. Se entrevistaron con el dueño de las nave, de la que solo una tiene licencia de almacén. En el día de ayer no se produjo ninguna detención, aunque el procedimiento sigue abierto en sede judicial, según pudo saber este periódico. Asimismo, los pabellones tampoco fueron clausurados y sus moradores, casi un centenar, continúan allí por el momento.
La Guardia Civil identificó a algunos de los ciudadanos rumanos que viven allí, aunque advirtieron de que cada vez quedan menos, pues ya se acerca el fin de la temporada. En todo caso el alcalde de la localidad, Ramiro Ibáñez, advirtió de que para observar en toda su dimensión el problema hay que acudir «o bien muy a primera hora de la mañana o ya por la tarde noche, cuando vuelven del monte».
Con todo, el propio regidor municipal reconoce que los instrumentos legales «para terminar con el problema» son prácticamente inexistentes. Para empezar, critica la propia inacción de las corporaciones locales, que carecen de normas para impedir la presencia masiva de seteros. Pero también alude a la Junta de Castilla y León, que «no dispone de una ley que regule los aprovechamientos de los hongos». «Las hay de los bosques, de los pastos, pero no de las setas», se queja.
En el pueblo los vecinos protestan, «pero no lo hacen abiertamente», quizá por temor a represalias. Ibáñez reconoce que no se han producido por ahora problemas de orden público, aunque hay que recordar que en Quintanar de la Sierra sí tuvo lugar hace diez días una disputa entre dos grupos de rumanos que terminó con un herido y un detenido por posesión de arma blanca. En cualquier caso, los habitantes del pueblo sí que han percibido un aumento de la basura y la suciedad en la zona, pues hasta defecan en la calle. El Ayuntamiento se ha visto obligado a desplazar varios contenedores hasta las inmediaciones donde viven hacinados estos recolectores de setas, ya que «tiraban los residuos en cualquier parte». «No lo solemos hacer; son los vecinos los que han de desplazarse hasta donde se encuentran los contenedores, pero no hemos tenido más remedio, por razones de limpieza y salud pública», remarca el alcalde.
Es el propio Ibáñez el que subraya que la presencia de estos grupos en la comarca entraña una doble preocupación para los habitantes de Canicosa. Por un lado está el problema de limpieza aludido, al que se une el temor a que se produzca una desgracia -por ejemplo un incendio- en la nave que ocupan estos ciudadanos. Y por otra parte el alcalde se refiere al estado en que queda el bosque tras su paso.
Muchos habitantes de la zona y propietarios del monte -porque hay que recordar que, aunque no está acotado, el bosque es propiedad de particulares- tienen miedo de que las prácticas de recolección que utilizan estos grupos termine «destruyendo los micelios», que es la masa vegetativa de donde nacen las setas. Con el empleo de rastrillos y otros objetos punzantes, «los daños pueden ser irreversibles» y para lograr que se regenere el bosque para el nacimiento de los boletus «podrían transcurrir 80 años». En el caso de los níscalos el tiempo sería de 20 años.
Por ello, Ramiro Ibáñez reitera la necesidad de que haya una legislación que ponga freno a la recolección indiscriminada de estos grupos. Además, lamenta que la escasez de guardas forestales de la Junta y de agentes del Seprona en la zona -dos- para la gran superficie que tienen que controlar impida sorprender a estos grupos en plena acción. En todo caso, la normativa ahora mismo solo permite identificarles y abrir un expediente de denuncia que ya tramita la Junta.
Los promotores del proyecto y los responsables del Ayuntamiento de Pineda mantienen contacto permanente con el servicio de Medio Ambiente de la Junta
Confían en presentar el anteproyecto antes de final de año
La idea es aprovechar el entorno también en época estival
El proyecto para la reapertura de la pista de esquí de Pineda de la Sierra avanza con paso firme. De hecho, la empresa promotora y el Ayuntamiento de la localidad serrana, que desde hace más de un año trabajan codo con codo paran sacar adelante la propuesta, confían en presentar el anteproyecto del ‘Parque de Nieve y Monte’ a los responsables de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León antes de fin de año para seguir avanzando en un plan que ha devuelto la ilusión a la zona.
Para ello, ambas partes mantienen un contacto permanente desde hace varias semanas, durante las cuales se han repetido los encuentros con responsables del Servicio Territorial de Medio Ambiente. En este sentido, el alcalde de la localidad, Santiago Rojo, insiste en que la intención es que “el proyecto esté perfectamente redactado” en el momento en el que se presente definitivamente. De esta forma, subraya, se espera que Medio Ambiente dé su beneplácito a la primera y el proyecto no entre en una espiral de despachos que retrase su puesta en marcha. Una puesta en marcha que, en el mejor de los escenarios, no llegaría hasta finales de 2016, por cuanto que son muchos los trabajos por realizar.
Y es que, tal y como recalca Rojo, se trata de un proyecto de envergadura, que no sólo se basa en la reapertura de la antigua pista de esquí, cerrada en 2005 de manera definitiva tras tres años de idas y venidas, sino en el aprovechamiento del entorno durante el periodo estival a través de propuestas como el senderismo y las rutas en bicicleta. Para ello, la empresa encargada del proyecto ha planteado la adaptación de diferentes rutas ya existentes en la actualidad y bien conocidas por los vecinos del entorno. La idea es simple. El Mencilla y todas sus estribaciones son una suerte de paraíso serrano aún sin explotar en todo su potencial.
Vuelta a los orígenes
Sea como fuere, una cosa parece clara. Pineda está recuperando poco a poco aquella imagen que impregnaba a los burgaleses a finales del siglo XX, cuando la estación Valle del Sol era el uno de los referentes del turismo de interior de la zona. Con sólo 15 kilómetros de pista esquiable, un telecuerda y dos remontes, la estación era una de las más modestas de toda España. Sin embargo, su cercanía con la capital provincial hizo que durante años se convirtiera en una de las opciones de ocio invernal más demandadas. Que levante la mano quien no haya estado alguna vez. De hecho, el abandono al que se ha visto abocada la ladera donde se levantaba otrora la pista no evita que año tras año cientos de personas acudan a Pineda para disfrutar de la nieve en los fines de semana de invierno.
Pero de aquellos gloriosos días en los que la estación era un referente en la provincia sólo queda el recuerdo. Bueno, el recuerdo y el albergue gestionado por la Diputación provincial, que sigue utilizando la zona como punto neurálgico de muchas de sus actividades juveniles y medioambientales. Además, el Valle de Sol ha vuelto a la memoria de muchos este verano gracias a la propia Diputación, que ubicó la meta de una de las etapas de la Vuelta a Burgos a los pies de la antigua estación de esquí. Un final que resultó un auténtico éxito y que muchos se preguntan por qué no se había planteado hasta entonces.